Que fascinante resulta ese momento cuando conoces y te enamoras de la persona con la que siempre has soñado. Parecieras entrar en un éxtasis, lógicamente el más agradable que hayas tenido, debido a la perfección presente en ese ser, que en las primeras de cambio pareciera no tener defectos. Pero en muchos casos ese sueño parece transformarse en pesadilla, cuando empiezas a notar en esa espectacular criatura ciertos malos hábitos que te resultan desagradables, malos hábitos repulsivos, malos hábitos asquerosos y muchas veces unos malos hábitos increíbles; definitivamente los malos hábitos de tu pareja te hacen despertar y palpar el mundo real.
Un mal hábito, es aquella mala costumbre que muchas personas practican a lo largo de su vida, como por ejemplo: hurgar en su nariz, y luego pegar lo que se extrae de ella en cualquier lugar, o peor aún, chupase el dedo con el cual se hizo la limpieza nasal, eructar con gran énfasis, frotarse con gran entusiasmo los pies y luego olerse las manos, rascarse adelante o atrás en público y sin ninguna censura, y así por el estilo cualquier otra cosa que en este momento puedas recordar. Aunque la persona sabe que este hábito no es socialmente compatible, lo sigue haciendo, y en muchos casos de manera secreta; o por lo menos eso es lo que la persona cree.