En algún momento de nuestras vidas la
oscuridad se apodera de nosotros, nos sentimos sin ánimos, tristes, confundidos
entre otras cosas. Ya sea por algo que nos sucedió o le sucedió a algún
familiar o amistad muy cercana.
Un accidente, una perdida o el miedo a
alguna situación son solo algunas cosas que le dan paso a la oscuridad para que se apodere de
nosotros. Un ejemplo de estas circunstancias nos la describe la autora Eva
Piper en su libro “Una caminata en la Oscuridad”, tomando como referencia el
siguiente capítulo:
“Cuando la oscuridad regresa de nuevo
Tardó algo, pero con el tiempo salí de la
oscuridad. Hubo muchas aflicciones, pruebas y sufrimientos, pero también
amistades fortalecidas, una vida de oración renovada y una relación más intima
con mi Señor Jesucristo. Hay aquellos que piensan que una vez que has superado
una tragedia, nunca más tendrás que enfrentar aflicciones. Tristemente, he
tenido más experiencias de caminar por la oscuridad.